Existen diferentes creencias sobre los remedios caseros. Muchas personas tienen mucha fe en todo tipo de recetas, secretos y conjuros.
Lo cierto es que no todos los remedios caseros pueden ser efectivos, ya que muchos de ellos se fundamentan en creencias milenarias, que muchas veces funcionan, pero recordemos que todos los cuerpos son diferentes y reaccionan de forma diferente a determinados compuestos químicos.
Por eso no es buena idea usar remedios caseros de forma autónoma, es decir, sin la supervisión de un médico experto en el tema.
Durante siglos, las personas han recurrido a remedios naturales para combatir enfermedades comunes como resfriados, malestar estomacal y dolor de muelas. Y la tendencia continúa. Casi 4 de cada 10 adultos han usado alguna forma de remedio alternativo, según un informe de 2007 del Centro Nacional de Estadísticas de Salud.
Sin embargo, a pesar de lo atractiva que es la noción de remedios naturales para algunos, no todos estos remedios son seguros o efectivos. De hecho, algunos suplementos de hierbas y vitaminas ni siquiera tienen que cumplir con los estándares de seguridad requeridos por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA).
Debido a que los suplementos herbales contienen plantas, la FDA los considera alimentos. Como resultado, los fabricantes que producen estos productos no están obligados a realizar ensayos clínicos o seguir las leyes de fabricación y etiquetado requeridas para medicamentos recetados y de venta libre. Además, algunos de estos remedios pueden interactuar con medicamentos de venta libre o recetados. Es por eso que los expertos recomiendan hablar con un médico antes de probar un remedio natural.